A primera vista, chocaría un poco el título de esta columna, y la razón es muy simple: Vivimos en los últimos meses una ola de pesimismo sobre la situación económica internacional que lleva al temor y miedo sobre el futuro de nuestra comunidad y nuestro país. Esta situación viene provocada por las tensiones internacionales, el Brexit y la guerra comercial China – Estados Unidos.
Todas estas situaciones catastróficas pueden ser una oportunidad para la Unión Europea y para España. Solo se están diciendo los aspectos negativos, que existen, pero se obvian las ventajas. Habrá dificultades comerciales, pero desde el punto de vista estratégico y político es una oportunidad para que los países que permanezcan en el espacio común se planteen nuevos retos con el objetivo de que el viejo continente tenga peso suficiente para competir en el nuevo marco geoestratégico que lidera China, Estados Unidos, India y Rusia.
La economía española es una historia de éxito basada en la apertura al exterior, la modernización de los sectores productivos, un cambio estructural de sus instituciones económicas y el esfuerzo por la innovación en todos los ámbitos revoluciono a todo un país que viniendo de muy abajo, consiguió colocarse como la cuarta mayor economía de Europa y entre las diez primeras a nivel global. Por eso a nivel de interno, una guerra comercial puede beneficiar un país como España destacado en la agricultura: vino, aceite de oliva, en materiales de construcción, ingeniería turística, productos cosméticos, energías limpias. Todas estas oportunidades comerciales se verán beneficiadas por el bloqueo entre China y Estados Unidos.
A nivel autonómico, nos encontramos una situación de estabilidad que acumula cinco años de grandes crecimientos de la economía, el mercado laboral ha cambiado de manera sustancial. Nuestra comunidad tiene cien mil afiliados a la Seguridad Social más que hace diez años. Por otra parte, el empleo se ha incrementado un 25,4% en la última década. Las cadenas hoteleras mallorquinas son las empresas más internacionalizadas en todo el país, las empresas tecnológicas desde el Parc bit ofrecen servicios de vanguardia a nivel mundial. Y después de pactar los grandes convenios laborales como el hotelero y el de comercio, la paz social está asegurada para muchos años.
No se pretende pecar de optimismo cuando está todo el mundo dibujando un mapa gris de nuestra situación, pero tal como dijo un gran pensador del siglo pasado “Dale Carnegie”: La mayoría de las cosas importantes en el mundo han sido logradas por gente que siguió adelante cundo parecía no haber esperanza.
