La semana pasada mientras aterrizaba el presidente del gobierno en la capital de Argelia con una gran delegación empresarial, llegaban a las playas de Mallorca, dos pateras que portaban una delegación de cincuenta argelinos. Son dos viajes por diferentes motivos, pero demuestra la hipocresía social que vivimos.
El viaje de Sánchez a Argelia rompió la tradición en la democracia española, ya que es el único jefe de gobierno que no realiza el primer viaje de estado a Marruecos; diplomacia aparte, en la agenda de este viaje, Mallorca no existía: no estaban los temas espinosos como la reivindicación de las aguas Baleares por parte del gobierno argelino, ni tampoco aparecía ninguna reunión para tratar el tema de las pateras que invaden las islas. Lo más importante en este viaje era abordar el conflicto del gas entre “Naturgy y Sonatrach” como ya señalé en mi artículo del 23 de junio. La empresa energética catalana tiene un conflicto en los últimos meses con “Sonatrach”, empresa energética pública de Argelia, el conflicto es por el precio del gas. Ambas compañías son socias, pero el cambio de gobierno en Argelia y la intención de Francisco Reynés de renegociar el contrato para abaratar costes, torció las relaciones. El gobierno español organizó el viaje para desencallar e incluso firmar el acuerdo para que Naturgy “controlada por La Caixa y los fondos GIPyCVC” pueda importar gas a un precio inferior, lo que es estratégico para España porqué tiene que contribuir a la transición ecológica.
En lo que llevamos de año, han llegado 783 personas en 61 pateras, un número muy superior al de los últimos años. Una vez en puerto, empieza el contador de las 72 horas, después de las pruebas de identificación y PCR´s, se quedan libres y puedan hacer vida normal por la isla. Nadie puede detenerlos ni repatriarlos “porqué la frontera con Argelia está cerrada y solo se abre para recibir la delegación empresarial”, así vamos tapando el problema con una carpa en la estación marítima con más de cincuenta argelinos amontonados y con un alto riesgo de contagio.
Durante la visita a Argelia, el presidente del gobierno inauguró una ruta cultural sobre las huellas de cervantes. El escritor español que vivió en la capital cuando era soldado y estuvo cautivo entre 1575 y 1580. Durante su cautiverio intentó huir cuatro veces; pero como buen castellano, desconocía “la ruta de Mallorca”.
