Uno de los principales defensores del Ingreso Mínimo Vital en EEUU es Andrew Yang, empresario. En su perfil en redes se autodefine como emprendedor, no como político.
En Estados Unidos hay una fuerte tradición de empresarias y empresarios con un fuerte compromiso público, que entienden que el mundo de la empresa también es tejido social y que, por ende, no solo tienen que defender su pequeña parcela sectorial, sino la sociedad en la que viven y la gente con la que conviven.
Aquí a menudo confundimos ramplonamente el líder empresarial como “aquel que más dinero hace” o “aquella cuya empresa es más grande”, imagen que mucho empresario asume como suya, creando un mundo estanco en donde la empresa es un marco mental, la política otro (y alejado), y la sociedad, un tercero en discordia. Y a su vez, hay gente que entiende que ser empresario es, por defecto, abonarse a un club de golf, fumar puros habanos y explotar trabajadores.
Esta crisis nos ha dejado una imagen clara de los tipos de empresarios que tenemos en este país; por un lado, están los que se arremangan la camisa, mueven los hilos para conseguir “desinteresadamente” toneladas de material sanitario y aportar su granito de arena, este es el ejemplo de una conocida empresa textil. Por otro lado, tenemos el otro tipo de empresario, sentado en su butaca de piel, fumando su habano y buscando cualquier oportunidad para sacar beneficio de esta crisis, aunque sea a costa de las arcas del estado: “nuestros impuestos”. Este es el caso de empresas de transporte que nos cobran el doble para traer material sanitario mientras el petróleo está en sus mínimos históricos.
El líder empresarial, o el líder, es aquel que en tiempos de crisis se pone al frente, arrima el hombro, se involucra más allá de lo estrictamente empresarial y aboga por los espacios comunes y los esfuerzos compartidos.
Fue hace casi cincuenta años que John Fitzgerald Kennedy pronuncio su famosa frase sobre lo puedes hacer por tu país. En estos momentos difíciles, de incertidumbre y de muchos interrogantes, es también el momento de reafirmar la famosa para todos: “Políticos, sindicatos, empresarios, ciudadanos: ¿Qué podéis hacer vosotros por vuestro país?”.
