Nuevo mapa europeo

Las urnas dibujaron una ­Europa diferente el pasado 26 de mayo, una unión europea que tendrá que adaptarse a los nuevos tiempos. Por primera vez en la historia la gran coalición entre el Partido Popular Europeo (PPE) y los Socialdemócratas (PSE) es insuficiente para obtener una mayoría.

Este cambio de representación política que se está dibujando en el parlamento europeo a través del apoyo electoral que están recibiendo los partidos tradicionales podría estar relacionado con el peso que recientemente están cobrando nuevos temas como la integración europea, la inmigración, cambio climático o la globalización, que, a su vez, podrían estar sustituyendo a los temas tradicionales.

Los 86 diputados que han perdido los populares y socialistas se han equilibrado hasta cierto punto con las victorias de los verdes y los liberales, que han aumentado sus diputados en 62 escaños. La suma de estas cuatro fuerzas europeístas alcanza 504 escaños, una cifra suficiente para manejar la nueva mayoría que no será de dos sino de cuatro formaciones y que con sus distintos acentos será europeísta.

La causa principal de esta desfragmentación en el parlamento europeo es por su crisis existencial, malestar del pueblo con los partidos tradicionales y a la explotación de las incertidumbres de la población por movimientos que pretenden poner fin al proyecto comunitario europeo. El principal problema que afronta la unión europea es la cohabitación con su peor enemigo: un enemigo interno. Los países europeos se han replegado sobre sí mismos, el proyecto político se ve cercado por el deseo de los extremistas y populistas de construir muros desde los que ver los problemas de lejos. Propuestas como la de construir un muro en la frontera sur de la unión europea, o el caso del Brexit van en camino de borrar del mapa una Unión que se muestra débil y sin rumbo, tanto interna como externamente.

La Unión Europea posee fuerzas suficientes como para definir una acción propia a nivel regional y global. El nuevo mapa político en el parlamento europea nos da la oportunidad a los europeístas de mantenernos firmes, de aupar a la Unión volviendo a encumbrar la bandera de sus valores, que son los que le dan forma y los que motivan el proceso integrador. Valores como la libertad, derechos humanos, democracia, igualdad, dignidad humana que recoge los tratados fundacionales de la unión siguen vigentes y necesarios, pero hay que adaptarse a los nuevos tiempos.

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