Después de cada atentado, los medios y la política occidentales presionan constantemente a los musulmanes para que se acostumbren a la descripción occidental del islam y que adopten una forma moderada de religión. Tras cada hecho relevante en el mundo musulmán, se abre el debate en occidente sobre el islam y sus formas de práctica. La línea más criticada es la del wahabismo, una forma de “islam saudí”, que es la causa raíz del terrorismo global. Este discurso permite que Occidente tenga sus propias interpretaciones a las olas de terrorismo global.
Pero, ¿Qué es el “islam moderado”? Todo apunta a que el islam es inherentemente moderno y que tiene tendencia a adaptarse a los cambios sociales que emplean los conceptos de Ichtihad (reflexión independiente) e Ichma (consenso de los sabios). El problema del islam como religión es su victimización en el sentido de que unas pocas personas autodenominadas, ya sean radicales, promotores del odio o los controvertidos supuestos expertos en islam, lo interpretaron y debatieron, y acabaron por representarlo de la manera que consideraron correcta y estas mismas personas propusieron un islam modernizado para referirse a los problemas contemporáneos de la sociedad, incluyendo la radicalización y el terrorismo.
En los últimos meses el príncipe de Arabia Saudí, apeló a una ola de modernización en su país liderada por él, incluyendo la parte religiosa, en la cual y por primera vez un líder de Arabia Saudí hablaba claramente de un “islam moderado”. Palabras muy bonitas pero difíciles para determinar las verdaderas intenciones del príncipe Mohammad o su impacto en el mundo musulmán. Actualmente, el mayor desafío de Arabia Saudí es mejorar su imagen negativa en Occidente; y estas últimas declaraciones del príncipe, van en ese sentido como un intento de dispersar la constante actitud anti saudí.
Otro elemento clave, es la falta de liderazgo en el mundo musulmán. Por una parte, el presidente turco Erdogan se considera un líder saliente de las urnas, pero con un apoyo religioso muy importante; el rey de marruecos como descendiente del profeta se considera un referente religioso en Marruecos con una visión moderna del islam; y los saudíes, por otra parte, custodian los lugares sagrados del islam, pero temen la influencia turca sobre los musulmanes de occidente y oriente, por lo tanto, quieren controlar el mundo musulmán por ellos mismos.
El reciente boicot del país vecino, Qatar, en cooperación con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto, también el asesinato del periodista saudí, le ha supuesto muchas críticas a Arabia Saudí por parte de todo el mundo, pero la más dura fue por parte de la Turquía de Erdogan, ha tachado estos hechos como una infracción de los valores islámicos.
Dados los desafíos a los que se enfrenta Arabia Saudí, quizá la oferta del príncipe Mohammad de adaptarse a un “islam moderado” es una puerta abierta para empezar a trabajar en una nueva visión del islam, aunque no se vea como un gran avance en Occidente, pero algo es cambiando. Ahora le toca a Occidente dar un paso en la misma dirección para renovar la imagen que ha construido del islam.
