Populismo en América latina: iglesia evangélica

Las iglesias evangélicas representan prácticamente a uno de cada cinco latinoamericanos y ejercen una creciente influencia en el espacio político sobre el concepto de la familia, igualdad de género y el matrimonio igualitario. Los evangélicos en América Latina aprovechan no solo los espacios que pierde la Iglesia católica, sino también la desilusión de la gente con la política y los gobiernos.

Con una fuerte presencia en los barrios populares de la región, las iglesias evangélicas proporcionan asistencia a las familias desde suministro de alimentos, el reparto de medicamentos, acompañamiento al médico, el cuidado de los hijos y su educación, búsqueda de trabajo para los parados, etc. a cambio, obtienen una confianza que la hacen valer cada vez más en los espacios políticos en forma de pactos preelectorales, participación en los programas políticos y últimamente presentando sus propios candidatos.

El mundo se despertó atónito el 29 de octubre de este año con el resultado electoral en Brasil, un exmilitar de 63 años, xenófobo, racista, machista que ha prometido combatir el crimen en las ciudades y el cinturón agrícola de Brasil dando a la Policía más autonomía para disparar a delincuentes armados y facilitando las leyes a fin de permitir que los brasileños compren armas. Brasil, los evangélicos desde hace años contaban con decenas de parlamentarios en el Congreso y hasta hace poco tienen su máximo representante el alcalde de Río de Janeiro, que fue clave su apoyo para que el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro gane las elecciones presidenciales. Durante la campaña electoral el influyente pastor brasileño Silas Malafaia sostuvo que “80% del voto evangélico irá para Bolsonaro”.

En Costa Rica, Fabricio Alvarado firme opositor al matrimonio homosexual, sedujo gran parte del electorado con su rechazo a la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que reconocía y garantizaba el matrimonio igualitario.

En Guatemala, el teólogo evangélico y cómico Jimmy Morales ganó las elecciones de 2015 como un candidato antisistema, opuesto al matrimonio gay o al aborto. En su campaña el discurso no tenía matices sobre su orientación religiosa y su clara visión de electorado.                                                                                  

Este nuevo mapa político en América latina, por un lado, confirma el fracaso de los partidos políticos tradicionales, la desaparición del sentimiento izquierdista – bolivariano entre la población y por otro lado pone en duda la separación de poder entre el estado y la iglesia, aunque en este caso la iglesia católica también ha perdido mucho espacio en América latina.

YOU MAY ALSO LIKE

La diversidad, ¿hablamos?

La gente quiere ver personas cercanas a nuestra realidad dictando nuestro día a día, no a señores o señoras funcionarios provincianos de toda la vida encerrados en su despacho-caparazón aplicando soluciones desde su pequeñísimo cobijo.

Día de África

Como bien dice un proverbio Suajili: “si no tapas los agujeros, tendrás que reconstruir las paredes”.

Deja una respuesta