África avisa, con sus recursos interminables y una riqueza poblacional en aumento, ya no sorprende a nadie el crecimiento de este mercado a un ritmo altísimo. Este atractivo ha llevado a la aparición de nuevos aliados del continente desde el fin de la guerra fría y el fin del bilateralismo: Estados Unidos, China y Rusia. El antiguo “imperialismo” mira con recelo estos aterrizajes.
Nigeria, dominada por el petróleo, está buscando nuevos aliados para diversificar su industria e independizarse del petróleo, y allí está China, que en pocos años se ha convertido en un socio estratégico en el mercado de consumo más grande de África. El petróleo domina la economía, pero con la entrada de China, el país se ha convertido en un eslabón de la cadena mundial de suministro y fabricación de textil omnipresentes en Estados Unidos.
Bajando un poco al sur de Nigeria nos encontramos con Kenia. Este país, a pesar de su preocupación por la seguridad debido a su vecina Somalia y al alto nivel de paro juvenil, en poco tiempo se ha convertido en la principal economía de África oriental y es considerado uno de los líderes del continente en materia de innovación e iniciativa empresarial. Se ha ganado a pulso un sello propio en iniciativa empresarial e innovación que le ha valido a Nairobi el apodo de Silicon Savannah (sabana del silicio). El PIB de Kenia ha crecido de modo constante en los últimos cinco años a un sólido ritmo de un 5-6% anual, esto es suficiente para que China se establezca como base de apoyo tecnológico a las empresas keniatas a través de convenios bilaterales entre los dos países.
En la frontera norte de Kenia nos encontramos con un país que nunca fue colonizado, pero ha sufrido décadas de hambruna y guerra civiles. En Etiopía, los chinos se encuentran muy cómodos ya que el país se encuentra en una transición económica pero no llega a desprenderse de la interferencia gubernamental en el desarrollo de su sistema empresarial, sobre todo en los controles de capitales y monopolio estatal sobre los sectores estratégicos. A pesar de ello ,100 millones habitantes es un mercado atractivo y por ello, China estableció zonas económicas especiales y está invirtiendo en los sectores estratégicos para industrializar la economía etíope. Etiopía se encuentra hoy en una transición parcial hacia una economía de mercado, con estrictos controles de capital y monopolios estatales sobre muchos sectores que recuerdan muchísimo a China.
A 8000 km de distancia del cuerno de África y a 14 km de la frontera sur de Europa, nos encontramos con Marruecos, que en pocos años se ha convertido en un factor importante en la fabricación mundial de automóviles. Es ya el segundo país con mayor producción de vehículos de África, aunque Sudáfrica sigue liderando el continente. Es un país a tener muy en cuenta por su proximidad y sus lazos con Europa, especialmente con España y Francia. La industria aeronáutica está en auge, sobre todo en las zonas especiales que ha creado Marruecos en todo el país. Aunque la industria textil fue el sello del país durante la década de los noventa, en los últimos años, nuevos ejes en la estrategia económica han llevado a la diversificación en su industria. Las ventajas fiscales, la mano de obra cualificada y la situación estratégica no pasa desapercibida para nadie.
Esos cuatro ejemplos no reflejan la realidad de África, pero sí que indican el camino que ha escogido el continente para su despertar. Lo que no hay que obviar es el compañero de viaje que tiene el continente. Por ello Europa tiene que mirar al sur desde otra perspectiva poniendo en práctica un nuevo modelo de cooperación basado en los intereses culturales, sociales y sobre todo económico de los dos continentes.